lunes, 6 de abril de 2015 La probabilidad estadística del amor a primera vista Publicado por Leyna en 17:24

¿Desde cuándo son puntuales los aviones a la hora de despegar? Hadley ha llegado cuatro minutos tarde, lo que, bien pensado, no parece mucho: una pausa para la publicidad, el descanso entre dos clases, el tiempo que lleva calentar un plato precocinado en el microondas. Cuatro minutos no son nada. Cierra los ojos solo un instante y, cuando los vuelve a abrir, el avión ha desaparecido. Los caprichos del destino y las casualidades de la vida son el motor de esta conmovedora novela sobre lazos familiares, segundas oportunidades y primeros amores. Desarrollada a lo largo de 24 horas, la historia de Hadley y Oliver nos convence de que el amor verdadero puede aparecer en nuestras vidas cuando menos lo esperamos.


Hadley ha perdido el avión que debía llevarla a Londres para asistir a la boda de su padre. Por sólo cuatro minutos. Lo que implica pasar horas en el aeropuerto a la espera del próximo vuelo, llegar tarde a la boda y tener más tiempo para mentalizarse del inminente enlace y de que cada vez falta menos para conocer a su madrastra.
Oliver coincide con Hadley en el viaje y desde el principio congenian de maravilla. Pero ambos tienen situaciones familiares que solucionar y, al fin y al cabo, acaban de conocerse… ¿Es posible que algo tan repentino y azaroso tenga futuro?


Había visto muchas buenas críticas sobre este libro y la trama me llamaba, por lo que tenía ganas de leerlo, pero la verdad es que me ha parecido una obra del montón.

Aunque los protagonistas no me han llegado especialmente, es de alabar la evolución que sufren a lo largo del libro, a pesar de que la historia transcurre en un día. 
Hadley es impulsiva, decidida, sensible y reflexiva, y Oliver es un chico bromista, atento y dicharachero capaz de dejar de lado sus propios problemas para ayudar a los demás. Los dos tienen en común más de lo que parece y de lo que se muestra en un principio.

El romance surge de forma muy natural y totalmente creíble, algo muy difícil teniendo en cuenta el corto lapso de tiempo que abarca la novela. Entre Hadley y Oliver nada resulta forzado o metido con calzador; la química fluye, como si se conocieran de más tiempo, y los sentimientos de ambos son realistas y están justificados.
Su historia cuenta con momentos bonitos y emotivos.

A pesar de las pocas páginas que tiene la obra y de su narración ligera, el libro se me ha hecho pesado en bastantes ocasiones, probablemente por centrarse demasiado en la boda del padre de Hadley. Y aquí viene el que, para mí, es el mayor fallo de la novela: eché en falta más amor. Quizás si la presentación del libro estuviera enfocada de otra manera no me habría molestado el exceso de protagonismo de una trama que no es el romance. Pero con esa sinopsis, esa portada y ese título esperaba que el eje central de la obra fuera la historia de amor, por lo que no me ha gustado que el tema principal resultara ser la relación entre Hadley y su padre y lo concerniente al enlace de éste. Realmente acabé con la sensación de que el romance era una subtrama que se encuentra en un segundo plano.

Otro detalle que no me convenció es que la novela no sorprende: es previsible a más no poder, desde las primeras páginas se sabe lo que va a pasar. Pensaréis que en una obra simple sin más pretensiones que entretener y contar una historia bonita, por lo que el factor sorpresa apenas tiene importancia, pero en el momento en el que se crea intriga y asombro sobre el motivo del viaje de Oliver el sorprender al lector importa, y no se consigue porque no cuesta adivinar lo que ha llevado al chico a subirse al avión.

El final es emotivo, pero me hubiera gustado tener más detalles sobre él; me habría encantado un epílogo situado unos días o semanas después y que desarrollara mejor lo que ocurre en las últimas páginas.

La probabilidad estadística del amor a primera vista es una obra sencilla y bonita, pero no ha conseguido convencerme.

Me ha parecido un libro normalito, del montón.

Leyna