lunes, 13 de enero de 2014 Iris, flores de ceniza Publicado por Leyna en 17:49

Thara es una adolescente normal, salvo por su extraña narcolepsia y unos ojos de color violeta intenso que no dejan indiferente a nadie. Un día, al intentar llevarse una flor de iris de un jardín de su barrio, se desmaya y al despertarse descubre que se encuentra en un mundo extraño donde todo está hecho de cenizas. Está asustada cuando Nate, un muchacho que surge de la nada, la rescata de las extrañas criaturas que allí habitan. Al intentar hablar con el chico, se despierta y se ve de nuevo en el mundo real, en el automóvil del propietario del jardín en el que se ha desmayado, Charles, que resulta ser un viejo amigo de su padre. Ella, que no ha conocido a su padre y no sabe nada de él, quiere saber más, pero su madre le prohíbe hablar con Charles. Sus dos mejores amigos, Christine y Leonard, la ayudarán a investigar. Las primeras pistas la llevan a creer que su padre es un escritor, Ray Pitbury……Pero no será tan sencillo. El secreto que guarda su madre y que está en su propia naturaleza es algo mucho más oscuro. Y mientras, ese mundo de cenizas de sus sueños sigue llamando a su puerta. ¿Es real? ¿Lo es Nate?

Thara siempre ha llamado la atención. La califican de rara. Quizá sea por sus ojos de color violeta, o puede que se deba a la narcolepsia que padece. Está acostumbrada a dormirse en cualquier sitio, en los momentos más inoportunos. Nunca había visto nada cuando se sume en ese estado de inconsciencia... hasta que se desmaya oliendo las flores de iris de su vecino y aparece en un mundo de ceniza donde conoce a Nate. Thara no sabe si Cinerarium (así nombra al extraño lugar) y Nate son reales, pero descubrirlo no es el único problema que la preocupa: ha conocido a Charles, un antiguo amigo de su padre ya muerto, y con quién su madre le prohíbe hablar.

Los amigos de Thara serán una pieza clave en la investigación sobre el mundo de ceniza y el enigmático chico que conoció allí, así como en la búsqueda de información acerca de la vida y muerte de su padre.

Este libro me llamó la atención por su extraña portada y su curiosa sinopsis. Si hay algo que puede destacarse de la historia que narra, es sin duda su originalidad. El argumento me parece extremadamente creativo y novedoso. 

Thara se verá inmersa en la búsqueda de respuestas, intentando descubrir qué es Cinerarium, por qué Nate está allí, quién era su padre y cuáles fueron las circunstancias de su muerte. Lo hará con el apoyo de sus dos mejores amigos, Christine, una joven dispuesta, cabezota y directa que se ganó mi simpatía, y Leo, un chico peculiar y leal.
Charles, un antiguo amigo del padre de Thara, jugará un papel importante. Me despertó ternura: es una persona amable, bondadosa, afable y extravagante.
Nate se encuentra en Cinerarium, y no recuerda nada: su existencia en ese mundo es un auténtico interrogante.

Me gustó mucho la ambientación de la obra. El universo de ceniza creado por el autor me parece interesantísimo, y resulta muy entretenido que la novela transcurra entre dos mundos: el real y Cinerarium.

El libro encierra muchos misterios y secretos, y las sorpresas no paran de sucederse. Me quedé con la boca abierta en varias ocasiones: desde luego, Maurizio Temporin ha creado una historia sorprendente, muy bien hilada y estructurada, y con unos giros argumentales increíbles.

La trama se pone cada vez más emocionante. En las últimas páginas llega a su punto álgido, aumentando el ritmo vertiginoso que posee la obra y provocando que no podamos parar de leer.

El final es apasionante, repleto de acción, intriga y expectación. A pesar de tratarse de la primera parte de la trilogía Iris, el libro acaba bastante cerrado.

Iris, flores de ceniza es una novela con toques y elementos innovadores, atípicos y exóticos. Tiene una ambientación muy lograda y elaborada, y sorprende de principio a fin.

Leyna