lunes, 20 de febrero de 2017 Reseña: Máscaras Publicado por Leyna en 17:05

Máscaras cuenta la historia de una pequeña ciudad de Estados Unidos donde cinco jóvenes van a la guerra, y solo uno regresa. 

Es una historia de pérdida: pérdida colectiva, individual, de la belleza, de la vida, de la identidad. Y cuenta la historia de amor de una joven con un hombre roto, y el amor de ese soldado herido por una joven común y corriente. 

También es una historia de amistad que supera la angustia, del heroísmo que desafía las definiciones comunes y una versión moderna de La Bella y la Bestia donde descubrimos que hay un poco de belleza y una pequeña bestia en todos nosotros.

Ambrose Young sabe lo que es ser popular, para bien y para mal. Es conocido y aclamado, pero convive con la presión de ser lo que se espera de él y de no decepcionar a nadie. Fern representa su polo opuesto: una joven sencilla que pasa desapercibida y que valora las ventajas de ser invisible para los demás, aunque desearía que Ambrose la mirara y reparara en su existencia. Tras los atentados del 11S, el chico convence a sus cuatro mejores amigos para que se alisten en el ejército, por lo que son destinados a Irak. Ambrose es el único que regresa con vida, pero con la cara desfigurada y la firme convicción de que sólo es una sombra de lo que fue, sin merecer nada de nadie, mucho menos amor.

Máscaras es un libro tan precioso como el mensaje que transmite.

La enseñanza principal de La Bella y la Bestia de fijarse en el interior es recurrente a lo largo de toda la novela. Constantemente se reflexiona, debate o habla sobre la belleza: la belleza exterior, la belleza interior, la verdadera belleza, lo que influye a la hora de querer a los demás o a uno mismo o cómo la percibimos dependiendo de lo que sintamos o de la personalidad del otro. Me han gustado las declaraciones y pensamientos sobre el tema porque hacen meditar.

La historia que cuenta esta obra es muy dura, no sólo por la trama de Ambrose y de la pérdida de sus amigos, también por los problemas a los que se enfrentan el resto de personajes. Máscaras toca muchas temáticas; dolorosas sí, pero narradas con esperanza. Habla del amor, de la pérdida, de la amistad, de la lucha, de perdonarse a uno mismo, de la muerte y de seguir adelante.
Uno de los detalles que no me han convencido y que me llamó la atención cuando leí la escena es la facilidad con que Ambrose convence a sus amigos de que se alisten con él. Apenas tiene que decir nada para que acepten y me parece una cuestión muy seria tomada demasiado a la ligera. No me resultó creíble que accedieran tan rápidamente. 
Pocos puntos negativos más puedo encontrar, porque la obra está muy bien construida. Me ha fascinado cómo encaja todo, la cantidad de guiños y menciones a hechos del propio libro, los títulos de los capítulos y cómo estos encajan con lo que ocurre en cada uno de ellos y con la dirección de la historia, y los habituales flashbacks que encontramos, que concuerdan a la perfección con las situaciones que transcurren y que nos llevan a dichos recuerdos. 

Los personajes me han parecido muy bien construidos, en especial me han enamorado Ambrose y Bailey, les he cogido mucho cariño.
Ambrose es profundo y reflexivo, me gusta su madurez y lo en serio que se toma cada cosa que hace, entregándose al máximo y con una responsabilidad increíble.
Bailey es el primo de Fern, un joven que sufre distrofia muscular, enfermedad que lo ha dejado en silla de ruedas y sin poder valerse por sí mismo. Es un personaje de esos que iluminan y que recuerdas con ternura. Resulta imposible no quererlo: es inteligentísimo, divertido, espontáneo, sabio y alegre.
Con Fern, en cambio, siento que no he congeniado. Es bondadosa, tímida, generosa, humilde, altruista y algo insegura pero no sé si es porque al ser cándida e ingenua la he visto muy niña. 
El romance no me ha parecido el típico. Si algo lo caracteriza es su dulzura y cierta trascendencia difícil de explicar. Es entrañable y va poco a poco (incluso a veces demasiado poco a poco, había ocasiones en las que deseaba que avanzara más rápido).

La narración es una maravilla. Amy Harmon escribe de forma poética, con mucha sensibilidad y delicadeza. Sabe emocionar, ser intensa y llegar al lector gracias a su pluma reflexiva e íntima.

En cuanto al final, me ha parecido perfecto para el libro: precioso, nostálgico, tierno y optimista.

Máscaras narra una historia conmovedora, bonita, emotiva y desgarradora que os llegará al corazón.

Leyna