domingo, 1 de mayo de 2011 La chica del lago Publicado por Leyna en 17:42

Sasha tiene 17 años y, afectado por una leucemia en fase terminal, acaba de intentar suicidarse en un lago junto a su casa. Pero una desconocida de ojos inquietantes ha llegado justo a tiempo para impedírselo: se llama Jewel y ella tampoco tiene una vida precisamente fácil. Para empezar, su hermano murió en el mismo lago en el que Sasha ha querido quitarse la vida. A raíz de este accidente, el padre de Jewel se fue de casa y ella tuvo que irse a vivir al campo con sus abuelos. Al morir estos, Jewel tuvo que regresar a casa de su madre, pero la relación entre las dos es muy complicada, porque ahora son casi dos desconocidas. Tras conocerse en el lago, Sasha y Jewel entablarán una amistad especial. Y pronto ambos entenderán que hay muchas cosas contra las que no pueden luchar. Les queda poco tiempo, pero sus caminos se han cruzado y ahora eso es lo único que importa realmente. Una historia que habla sobre la verdadera amistad, la enfermedad, el amor y los conflictos familiares... y también sobre los enanitos que habitan en todos los jardines.



Sacha está enfermo de leucemia, perdió a su madre hace un año y la relación con su padre no marcha muy bien.
La vida de Jewel cambió drásticamente desde la muerte de su hermano: su madre se refugió en la bebida y las pastillas, su padre las abandonó y a ella la mandaron a vivir con sus abuelos. Ahora que ambos han muerto, la chica debe volver a la ciudad donde se crió para convivir con la completa desconocida en la que se ha convertido su madre.
Cuando un día Jewel ve a un chico ahogándose en el mismo lago donde murió su hermano, no duda en salvarlo. Así es como conoce a Sacha, sin saber que ese hecho les dará una nueva razón para volver a amar la vida.


Desde luego, "La chica del lago" cuenta una historia triste. La situación personal de los protagonistas, lo que les ha pasado, es trágico; pero a pesar de eso la novela está embargada por un optimismo y sentido del humor excelentes.
Me maravilla la manera en que la melancolía y la ilusión, la tristeza y la alegría, se entremezclan haciendo de la obra una lectura nostálgica y esperanzadora al mismo tiempo.

El libro no es muy largo, pero sus páginas son suficientes para reflejar la profundidad y complejidad de cada personaje: Sacha es un chico graciosillo e irónico, siempre está gastando bromas e intentando mostrarse alegre; Jewel es una persona reservada y distante que prefiere mantenerse alejada de la gente y no relacionarse con nadie; y Al y True son los mejores amigos de Sacha: él un cerebrito de las ciencias algo friki y ella una adolescente resuelta, perfeccionista, ambiciosa, trabajadora y emprendedora cuyo sueño es convertirse en una gran periodista.

La manera de escribir es exquisita, resulta todo un lujo leer una narración tan increíble. Es delicada y tierna a la vez que desgarradora y directa. Nos cuenta la historia (cada capítulo desde el punto de vista de uno de los protas) alternándola con recuerdos del pasado de Sacha y Jewel.
Abundan los diálogos: ágiles, sarcásticos, divertidos y sobrecogedores.
Me cuesta creer que todo eso haya salido de una pluma joven, de tan solo 17 años.
Auguro a Steph Bowe una larga y exitosa carrera literaria: tiene dominada la escritura, el ritmo y los personajes, aunque siendo tan precoz aún la quedan cosas que pulir.

Hay dos aspectos que no me han gustado: la rapidez con que intiman los protagonistas y el precipitado final.
El desarrollo de la historia de Sacha y Jewel es muy desigual: tardan mucho en darse el primer beso (más de la mitad del libro) pero a partir de ese momento las cosas van excesivamente rápidas, diciéndose que se quieren con toda el alma al día siguiente de ese momento.
El desenlace es muy repentino, la novela termina tan drásticamente que se hechan en falta más páginas. No es que sea abierto como tal, pues ya se sabe lo que va a pasar y mi impresión es que la autora quiso dejar la historia ahí en lugar de alargar el libro hasta el desolador, inevitable y esperado final; pero aún así podía haber escrito una escena diferente para finiquitar.

La chica del lago es una obra autoconclusiva que habla de la vida, la muerte, la amistad, el amor y el luchar por cumplir los sueños.
Un libro dulce, emotivo y entretenido que narra una historia triste aderezada con multitud de toques cómicos y caracterizada por una narración fantástica, grandes personajes, un ritmo ameno y un súbito desenlace.

Leyna