Cuando una mujer moderna viaja atrás en el tiempo a la época de Jane Austen, necesita saberlo…¡Todo! Eleanor acepta viajar atrás en el tiempo para evitar un duelo mortal, pero no sabe cómo tiene que comportarse, qué decir, y lo más importante…Cómo diferenciar un villano de un libertino.
El cautivador, indignante y misterioso Lord Shermont es un conocido libertino y un mujeriego pero… ¿es también un peligroso asesino y un espía? Eleanor tiene que acercarse mucho a él para descubrirlo… De lo contrario, podría acabar envuelta en el escándalo más impactante…
Afortunadamente, la mismísima Jane Austen entra en escena, con sabios consejos y un brillo especial en la mirada, para ayudar a Eleanor a desenvolverse en la sociedad rural y en el peligroso terreno de sus propios sentimientos…
Eleanor es una mujer osada, valiente y con carácter, que sin comerlo ni beberlo se ve envuelta en la estrategia de dos fantasmas. Por ello, viaja hasta mediados del siglo XIX para evitar un duelo.
Durante su estancia, aparte de asistir a bailes y a cenas, representar una obra de teatro y conocer a Jane Austen; se topará con Lord Shermont, con quién surgirá la chispa de la pasión desde que sus miradas se crucen. Lo que Eleanor no sabe (aparte de cómo debe comportarse, jeje) es que ese atractivo caballero es un hombre del rey encargado de detener a un espía enviado por los franceses, y que por su extraña conducta ella es la sospechosa principal.
Empecé esta obra con pocas ganas, posiblemente debido al arranque tan flojo que tiene el libro. Eso sí, una vez pasados los primeros capítulos la trama da un giro al pasar de ser una historia algo sosa a convertirse en una llena de intrigas, misterios, diversión... y pasión.
A pesar de que Jane Austen no es tan relevante en la trama como se insinúa en la sinopsis (aparece muy avanzado el libro (yo ya ni me acordaba de que salía) y tan sólo tiene un par de escenas bastante cortas en las que apenas la da tiempo a hablar con la protagonista) personalmente no la eché de menos. En la historia ocurren cosas más interesantes e intrigantes que captan toda la atención del lector.
Me ha gustado perderme junto con Eleanor en excursiones al campo, fiestas y confesiones en las alcobas. El ritmo de la trama es el adecuado, y los diálogos entre nuestra protagonista y Shermont son el punto fuerte del libro: irónicos, ágiles y tremendamente divertidos.
Tenía una curiosidad increíble por saber cómo resolvería la autora el tema del viaje en el tiempo: ¿los fantasmas dejarían a Eleanor viviendo en el pasado, o la devolverían al futuro separándola del hombre que ama? Para conocer la respuesta tenéis que leer el libro.
Podéis apostar por una cosa o por la otra, que se queda en el pasado o que regresa al futuro, pero penséis lo que penséis no será como esperáis. A mí logró sorprenderme, y para bien.
Merece la pena llegar hasta ese punto de la historia porque para mí, lo mejor de todo, sin ninguna duda, es el final.
Esas últimas páginas han mejorado mi opinión general sobre el libro, pues aunque considero que ¿Qué haría Jane Austen? es una obra normalita, ideal para pasar una tarde entretenida; ese desenlace mejora su nivel.
Leyna
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