sábado, 2 de mayo de 2015 Reseña: Zac y Mia Publicado por Leyna en 19:34

Si bien el ambiente frío y aséptico de una clínica es el último lugar donde una pareja de adolescentes esperaría iniciar una relación significativa, a veces el azar nos sorprende con encuentros que marcan nuestro destino.
Convaleciente de un trasplante de médula, Zac lleva semanas solo y aburrido en el hospital cuando en la habitación contigua ingresan a Mia, una impetuosa chica de su edad. A los golpecitos en el tabique les sigue el intercambio de notas y, finalmente, la comunicación a través de Facebook. Una amistad surgida de la necesidad da paso a una atracción muy especial que se verá expuesta a una dura prueba cuando más adelante la realidad cotidiana imponga unos obstáculos con los que Zac y Mia no contaban.

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Zac está en una habitación aislada debido a su reciente trasplante de médula espinal. Se "entretiene" viendo la tele y ayudando a su madre a hacer crucigramas, lo que es un rollo. Cuando la habitación de al lado pasa a estar ocupada por una chica de su edad, todo cambia. Mia, que discute con su madre, pone la música a todo volumen y responde a los golpes que Zac da en la pared. De esos golpecitos pasan a intercambiarse notas y de ahí a chatear por Facebook, creándose entre ellos un vínculo más fuerte de lo que imaginaban.


Zac y Mia es un libro duro y emotivo, pero no se regodea en el dramatismo, al contrario: está envuelto en un agradable ambiente de esperanza y optimismo.

La obra tiene tres partes. La primera se titula "Zac" y está narrada por el chico; la segunda parte, titulada "Y", alterna los puntos de vista de los dos protagonistas; y la tercera, "Mia", la cuenta ella. 
Aunque Zac es el único personaje (junto con su madre) al que he cogido cariño y a pesar de que me caía mucho mejor que Mia, he llegado a preferir los capítulos narrados por ella. No sé si se debe a que sus problemas (la enfermedad, su madre, su ex, sus amigas…) hacían más interesante su historia, o si es por lo complejo de su personaje. Zac es un chico transparente y sincero, resulta fácil conocerlo porque él es lo que vemos: un joven generoso, positivo y luchador a quién le obsesionan las cifras, las probabilidades y buscar en google cosas relacionadas con la muerte. Mia es otro cantar. Cuesta ahondar en ella y saber qué es lo que realmente siente y piensa debido a la coraza que se pone. Usa su impertinencia y bordería para ocultar sus miedos e inseguridades. Su actitud me parece realista, al fin y al cabo es una chica de 17 años con una prometedora vida por delante llena de amigos, chicos y éxitos que se ve truncada de golpe, y entiendo que esté enfadada, pero no me gustó cómo se comportaba con la gente de su entorno. Sólo al final empezó a caerme bien: en las últimas páginas de la novela Mia está sublime, siendo valiente y pronunciando frases geniales. 
Vemos un cambio de papeles en el que Mia pasa de ser una joven derrotada que necesita a Zac para que la anime, apoye y ayude, a ser la chica fuerte que Zac precisa.

Lo que me ha fallado es que eché en falta más escenas entre ambos protagonistas. Hay bastantes, pero se me quedaron escasas. Me habría gustado que compartieran más momentos y que pasaran más tiempo juntos.

El final no tiene desperdicio, me gustó mucho: el último capítulo y, sobre todo, el epílogo que le sucede son mis partes preferidas de la obra. Leyendo dicho epílogo me reafirmé en mi admiración por Zac, mi simpatía por su madre y mi recién descubierta estima por Mia.

Zac y Mia es un libro duro y esperanzador. 

Una historia realista a la par que optimista sobre la vida, la amistad, la lucha y los deseos pedidos a estrellas fugaces; pero en la que me ha faltado una interacción mayor entre sus protagonistas.

Leyna