lunes, 24 de marzo de 2014 Prohibido Publicado por Leyna en 20:04

No podemos. Si empezamos, ¿cómo vamos a pararlo?

Lochan y Maya siempre se han sentido más amigos que hermanos. Ante la incapacidad de cuidarlos de su madre alcohólica y la ausencia de un padre que los abandonó, los dos jóvenes deben hacerse cargo de sus tres hermanos menores y esconder su situación a los servicios sociales, porque ninguno de los dos es mayor de edad.

La responsabilidad que comparten y las dificultades a las que se enfrentan les unen, hasta empujarlos a enamorarse. Ambos saben que su relación está mal y que no debe continuar, pero al mismo tiempo no pueden controlar sus emociones y la atracción que los domina. 

El padre de Lochan, Maya, Kit, Tiffin y Willa los abandonó hace años. Ahora, su madre es una alcohólica que pasa más tiempo con su actual novio que con sus hijos. Lochan y Maya (los mayores) cuidan de sus tres hermanos pequeños mientras intentan esconder sus condiciones a los servicios sociales. Se encargan de hacer la compra, preparar la comida, limpiar la casa, llevar al colegio a los más pequeños, hablar con sus profesores, concertar las citas con el dentista, bañarlos, ayudarlos con los deberes, jugar con ellos... Y todo eso a la vez que sacan adelante sus respectivos cursos escolares.
Lochan y Maya comparten una gran responsabilidad y una durísima carga. Juntos hacen frente a su complicada situación familiar, pero se tienen el uno al otro para apoyarse, consolarse y animarse... hasta que acaban enamorándose. Saben que son hermanos y que esa relación no debe continuar, pero no pueden evitar los fuertes sentimientos que los consumen.


Como ya dije en el IMM-Vlog donde mostré este libro, el incesto no es una de mis temáticas preferidas; pero la curiosidad que la obra despertaba en mí, el no haber leído nunca algo parecido y las buenas críticas que había visto de ella me animaron a leerla.

Lo que me ha pasado con Prohibido es muy extraño. Me gustan los elementos que lo componen, pero no sé por qué el conjunto no me convence; y no creo que se deba a que sus protagonistas sean hermanos. 
Objetivamente, si me fijo en los personajes, la narración, el ritmo, etc. creo que el libro está bien, bastante bien. Pero al acabar de leerlo me di cuenta de que me encontraba igual que a la hora de empezarlo, nada había cambiado: me dejó totalmente indiferente. He permanecido plana e insensible durante toda su lectura: no me enfadaba, ni me entristecía, ni me frustraba, ni me alegraba, ni me indignaba... Menos cuando llegué al final: ese desenlace que me hizo llorar es lo único de la novela que despertó algún sentimiento en mí.

Nada más empezar la obra, nos encontramos con dos protagonistas a los que enseguida llegamos a conocer a fondo. Maya y Lochan se van turnando a la hora de narrar su historia, y cada capítulo está contado por uno de ellos, alternándose. 
Ambos son responsables y maduros, pero así como Maya es una persona más relajada, alegre, cariñosa y sociable, Lochan se muestra distante, serio y reservado, y tiene un grave problema para relacionarse con la gente. Sufre fobia social, es incapaz de interactuar con normalidad con personas de su entorno que no son de su familia, y le cuesta mucho incluso responder a las preguntas que sus profesores hacen en clase.
Los dos se ganaron mi simpatía, me parecen muy tiernos y acabé cogiéndolos cariño. Creo que la autora hace un gran trabajo a la hora de explicar sus sentimientos ante un tema tan delicado como el incesto. Me gustó mucho la forma en que profundiza en sus pensamientos y emociones, y cómo nos muestra su evolución hasta que llegan a enamorarse (sobre todo en el caso de Lochan, ya que lo de Maya es más repentino).
En muchas ocasiones me costaba hacerme a la idea de que eran hermanos. Yo veía a dos adolescentes que se aman y que desean estar juntos y, de repente, ¡zas! recordaba que pertenecen a la misma familia y que los parió la misma madre. Es una sensación muy rara, porque aún así quería que estuvieran juntos y que les fuera bien. Su relación y su forma de comportarse me parecía más de amigos y compañeros. Por las circunstancias de su vida, el papel que desempeñan es más el de padre y madre del resto de los niños que el de hermanos entre sí. Creo que precisamente por eso se enamoran, y porque tal y como pone en la sinopsis y como la propia Maya menciona varias veces, nunca se han comportado o visto como hermanos, sino como mejores amigos, como almas gemelas y camaradas.
Por su parte, Willa es adorable, un encanto; Tiffin tiene puntos bastante simpáticos, e incluso Kit me ha convencido, pues aunque no esté de acuerdo con él, puedo entender por qué se comporta como lo hace.

No reparé mucho en la narración, pero si me ponía a pensarlo considero que es buena, también por lo mencionado anteriormente sobre la forma de profundizar en los protagonistas y de expresar e interiorizar sus sentimientos. Sin embargo, hay momentos en los que la autora se embarca en descripciones demasiado extensas para mi gusto, que llegaban a parecerme un pelín cansinas.

A medida que avanzaba la novela me era inevitable reparar en lo interesante de la historia y en el fluido ritmo que tiene. La lectura me resultó amena hasta que llegué a las últimas 100-150 páginas. En ese momento el libro empezó a hacérseme algo pesado, pues ciertas situaciones, comentarios y pensamientos se repiten constantemente. Hubiera preferido que pasaran cosas más emocionantes y novedosas en lugar de leer más de lo mismo una y otra vez.
Afortunadamente, los últimos capítulos captan de nuevo la atención del lector: son intrigantes, desgarradores y sobrecogedores. Lloré bastante con el desenlace, a pesar de imaginármelo tras leer en tantas reseñas lo excesivamente trágico y dramático que era. Sin embargo, así como otros libros hacen que me emocione tiempo después de leerlos, sólo con hablar de ellos o acordarme de lo que ocurre, lo de Prohibido fue momentáneo. Ni siquiera escribiendo esta reseña se me remueve nada.

Prohibido es una obra autoconclusiva que, a pesar de su historia interesante, de su ritmo en general bueno y de unos personajes bien perfilados que se ganaron mi cariño, me ha dejado completamente fría.

No ha llegado a trasmitirme nada, me ha dejado indiferente. 

Leyna