El reino de Azenor está invadido por una maldición desde hace años. Cada luna nueva, la magia fluye desde la montaña y hace que las pesadillas de los ciudadanos cobren vida. Solo los magos, que ejercen de guardianes del territorio, pueden interponerse entre las personas y sus peores sueños. Clementine Madigan está lista para asumir el cargo de guardiana de su pequeño pueblo, pero cuando dos magos llegan para desafiarla, se ve envuelta en un conflicto centenario sin saberlo. Decide buscar venganza, pero a medida que se acerca a Phelan, uno de los jóvenes y apuestos magos, empiezan a surgir los secretos. y también el amor. Para luchar contra la maldición del reino, que parece atormentarla a cada paso del camino, Clementine deberá unirse a su rival. Pero ¿serán suficientes sus esfuerzos para salvar a Azenor de las pesadillas que acechan en cada esquina?
Esta ha sido mi primera toma de contacto con la autora y me ha gustado tanto que quiero leer todos sus libros.
Me he quedado prendada de la forma de narrar de Rebeca Ross. Es elegante, delicada, maneja excepcionalmente las metáforas y crea una ambientación mística y con pinceladas oscuras que transporta a otro mundo. Me sentí completamente absorbida por el universo que construye y por la magia que lo envuelve.
Hablando de la magia, me ha parecido muy interesante: hay diversos tipos de habilidades y talentos, pero además cada luna nueva las pesadillas de la población se hacen realidad, por lo que necesitan a magas y magos experimentados que puedan hacerlas frente. Ya sabéis que toda la temática brujil me encanta, así que esta historia, que contiene maldiciones, eventos en determinadas fases de la luna, hechizos y conjuros es lo mío.
Los personajes son dignos de mención. Por un lado tenemos a Clem, nuestra protagonista, una chica inteligente, decidida, habilidosa y que no dudará en pagar el precio que haga falta para lograr sus fines. Es ambiciosa y me fascina cómo esa ambición y sed de venganza la llevan a tomar las decisiones que conforman la base principal de la trama. Por otro lado, está Phelan, un joven reflexivo, tenaz, maduro y reservado. Tiene un firme sentido del deber y siempre se muestra dispuesto a ayudar y tender una mano a quien lo necesita.
Lo que más me ha enamorado del libro es que, siendo una historia de fantasía autoconclusiva, es una obra muy sólida y magistralmente desarrollada. La autora crea un mundo amplio y complejo en un único libro sin que se sienta flojo o poco explotado, los personajes están maravillosamente perfilados y la trama es muy potente. Sus partes están perfectamente diferenciadas, muy bien expuestas.
Si la novela en sí es un producto redondo, el contenido también me parece completo: tenemos magia, acción, sorpresas (había hecho varias teorías a lo largo de la lectura y apenas se cumplieron), venganza (que probablemente sea el eje principal), traiciones y romance. De este último quiero comentar que me tuvo muy intrigada; aunque es un slow burn la química, la conexión y la tensión entre la pareja son palpables desde el principio, pero la autora sabe dosificarlo de tal forma que nos deje con ganas de más y a la vez satisfechas con lo que ya tenemos.
Me gustaría hablar de la venganza porque la forma de plantearlo en el libro me ha encantado. Considero que Rebeca Ross ha hecho un gran trabajo a la hora de presentar el conflicto y de mostrar la evolución del mismo, dando un argumento de peso para que nuestra protagonista quiera vengarse y exponiendo de forma paulatina cómo Clem y sus sentimientos van cambiando.
En cuanto al final, me ha gustado y creo que es muy acorde al ambiente de la novela pero debo reconocer que las últimas frases del libro me han dejado algo descolocada y confusa. Habría preferido que hubiera alguna página más que aclarara ciertos detalles.
La maldición de los sueños presenta una historia adictiva y original, unos personajes profundos e interesantes, un mundo atrayente y una narración exquisita. Lo recomiendo mucho.
Leyna