La
vida de Madison Ashford ha dado un vuelco en el último año. No solo
encontró al amor de su vida, sino que además él despertó su magia a
través
de un hechizo y la convirtió en bruja. Madison debe decidir si está
lista para asumir un compromiso tan grande mientras todavía lucha por
sobrellevar los recuerdos de su secuestro. Sobre todo ahora, cuando
Alexa Cassidy, la exnovia de Michael, la sigue de
cerca.
Madison se
encuentra pasando las vacaciones navideñas en casa con su familia pero,
lejos de relajarse y desconectar, no para de dar vueltas a los últimos
hechos ocurridos. Su
secuestro y casi asesinato la tienen constantemente tensa y nerviosa
(por mucho que practique algún hechizo y que esté dando clases de
defensa personal) y no deja de pensar en su futuro. Sabe
que Michael
espera una respuesta, pero por más que su cabeza reflexione las 24
horas no consigue llegar a ninguna conclusión. No quiere renunciar al
amor que siente por él, pero tampoco está preparada para comprometerse
ya con el joven y con su modo de vida.
Las
cosas se complican para nuestra protagonista con la sombra del Club del
Grim planeando sobre su cabeza y con la aparición de nuevos personajes
(entre ellos la exnovia bruja de Michael).
Esta novela me ha gustado más que su obra predecesora: conocer a los personajes y reencontrarme con ellos es un punto agradable, pero la trama también tiene
mucho que ver. En esta continuación la historia es más compleja y emocionante y hay más sorpresas y acción.
No sé si me convence del todo la aparición de nuevos seres, aunque no puedo negar que aporta interés al conjunto.
El elenco en general también me ha gustado más en este libro. Es
genial ver a Madison más luchadora y decidida, de una forma creíble
tras lo ocurrido
en el libro anterior. No se siente segura ni a salvo, pero decide tomar
cartas en el asunto y trabajar para saber cómo defenderse y utilizar su
poder. Me gusta que se esfuerce por ser independiente, autosuficiente y
poderosa.
Lucy pasa algo más desapercibida en este libro, puede que en detrimento de Maisy y Lyn. Maisy es mi personaje preferido: es inteligente, madura y la voz
de la razón. Me gusta que esté dispuesta a ayudar y que siempre parezca tener la palabra, decisión o consejo adecuados. Veremos
a Lyn dejar un poco de lado su parte más superficial y egoísta (aunque
sigue
teniendo sus momentos). Es caprichosa, impulsiva e intensa, pero me ha
acabado ganando y ya no me cae mal como en la novela anterior. Por otra
parte, Marcus continúa siendo ese chico bromista, desenfadado y
divertido, aunque ahora es más entregado y está más
centrado. La verdad es que me
encanta el ambiente y el grupo que crean. Me dan ganas de reunirme con
ellos en el piso de Madison para ver películas o simplemente charlar
mientras disfrutamos
de las delicias que prepara Lucy (AVISO: leer este libro da hambre).
Hay personajes
nuevos sumamente curiosos, entre ellos Alexa, la exnovia de Michael a la
que conocimos justo al final de la historia anterior. Me parece un
personaje que da juego, por mucho que cause odio.
Quien
no me convenció en la primera parte y sigue sin hacerlo en esta es
Michael. No me gustó lo que hizo en el primer libro por resultarme
injusto y manipulador y en esta continuación, sobre
todo al principio, me pareció posesivo y egoísta. No
me hace ni pizca de gracia que Madison se calle tonterías como que
tiene que hacer un trabajo con un amigo de hace años con el que jamás ha
pasado nada sólo
para evitar que Michael se mosquee. Tampoco me gusta que se cabree por
cosas que hace nuestra protagonista cuando las acciones de él son mucho
peores. No me malinterpretéis, la suya no es
una relación tóxica y su romance está a años luz de eso, pero a veces Michael tiene gestos y protagoniza situaciones que
me enervan.
La pluma y el ritmo son ágiles y fluidos, haciendo que el libro se lea con mucha facilidad. El final es muy emocionante
y acaba, como en la novela predecesora, de forma intrigante.
Reseña de Witches. Lazos de magia AQUÍ
Witches. El Club del Grim me ha gustado más que su primera parte, tanto por trama como por personajes.
Aunque tiene sus fallos, resulta una lectura amena y entretenida.
Leyna