Toby Fleishman creyó saber qué podía esperar cuando él y su mujer, con quien ha estado casado durante casi quince años, se separan: fines de semana y vacaciones alternadas con los niños, alguna amargura residual, algún momento de tensión esporádico para negociar la crianza compartida de sus hijos. Pero no podía predecir que un día, en el medio de su emancipación sexual recién adquirida, Rachel dejaría a sus dos hijos en su casa y no volvería más. Toby se había esforzado tanto por encontrar un equilibrio en su vida de soltero. Los vientos de su optimismo, largamente inactivos, recién se habían puesto en marcha. Y ahora esto. Mientras Toby intenta averiguar dónde fue Rachel, a la vez que hace malabarismos con sus pacientes del hospital, sus tareas parentales que no se acaban nunca y su recientemente adquirida popularidad sexual en las apps, termina siendo la prolija narrativa del marido rechazado y la mujer excesivamente ambiciosa. Pero si Toby quiere comprender de veras lo que le sucedió a Rachel y a su matrimonio, tendrá que aceptar que quizá no ha sido totalmente objetivo en su análisis de los hechos.
Este libro nos sitúa entre la gente más rica de Nueva York. Sin embargo, cuando nuestro protagonista se divorcie, se dará cuenta de que los problemas con los hijos, la separación, el trabajo y las redes sociales son muy parecidos para todo el mundo.
Un día la mujer de Toby dejará a los niños en su casa y no volverá a por ellos; entonces la rutina de él dará un giro todavía más grande. Debe ocuparse de su trabajo en un hospital privado a la vez que intenta retomar su vida sexual y se encarga de todos los asuntos de los niños.
La obra supone una lectura entretenida. Resulta interesante intentar descubrir qué ha sido de Rachel a la vez que vemos a Toby lidiar con tantas cosas al mismo tiempo: ahora es un padre soltero que tiene que encargarse por completo de su descendencia y que sigue tratando a sus pacientes mientras las aplicaciones de ligar se han convertido en una constante en su vida.
Me gustó que, además de Toby, Rachel y algunos amigos también narraran su punto de vista. Alabo la capacidad de la autora para que quienes leemos el libro podamos empatizar completamente con cada personaje. Todos tienen su parte de razón y podemos llegar a entender su perspectiva y sus decisiones. Por ello, este libro precisa una lectura atenta en la que debemos fijarnos en cada detalle. Si bien tengo que reconocer que el personaje de Rachel es mi preferido de la novela y que la autora ha sido muy inteligente al contar su historia de la forma en la que lo ha hecho.
Aunque la obra puede resultar emotiva en determinados momentos, en general se caracteriza por su mordacidad y por no tener pelos en la lengua. La autora no se corta a la hora de expresar lo que piensa sobre todos los temas que trata en la historia.
La dosis de misterio es mayor de la que esperaba. Aunque en ciertas partes el ritmo me resultó lento, ya que se dan demasiadas vueltas a las mismas cosas, el final es sorprendente e inesperado. También tiene muchos puntos cómicos; viviremos situaciones hilarantes tanto del presente como del pasado del elenco.
Otro punto positivo es que el libro hace reflexionar, pues es una auténtica crítica social y se centra en la desigualdad de género.
Como dato, el pasado 15 de marzo se estrenó en Disney+ la serie que adapta esta novela.
Leyna