Para Sydney, estar enamorada de Kyler no es nada nuevo. Han sido mejores amigos desde que él la empujó en el patio del colegio y ella le obligó a comerse un pastel de barro… Y fue poco después cuando empezó a sentir algo por él. Entonces, ¿cuál es el problema? Kyler es el chico más guapo de la facultad. Nunca sale con una chica más de un mes seguido, y ya que es su último año en la universidad, Syd no quiere arriesgar su amistad declarándole su amor.
Kyler siempre ha sabido que Syd está totalmente fuera de su alcance. Ella es perfecta. Lo es todo para él. Sin embargo, siempre ha intentado ocultar sus sentimientos por ella. Después de todo, Kyler es el chico impulsivo que toma malas decisiones, y Sid siempre será la única chica que no puede tener.
Pero cuando quedan atrapados en una estación de esquí por una tormenta de nieve, no hay nada que impida que sus sentimientos al rojo vivo salgan a la superficie. ¿Podrá su amistad sobrevivir a la atracción? O mejor aún, ¿Podrán sobrevivir ellos? Porque, mientras la nieve cae, alguien está acosándolos, y ese inocente viaje podría cambiar su vida en más de un sentido.
He leído varias obras de la autora y las he disfrutado todas, pero por desgracia Como el hielo se queda muy atrás. Sé que es de los primeros libros que escribió Jennifer L. Armentrout, y esa poca experiencia se nota (y mucho). Me ha parecido una historia muy floja; el nivel es notablemente inferior al resto de sus novelas.
Por un lado, la trama en sí deja mucho que desear: el argumento no tiene chicha y apenas pasa nada. Dos amigos que se quedan atrapados en la nieve y que dejan fluir la atracción que sienten el uno por el otro. Casi no hay más, y lo poco que acompaña es absurdo o forzado.
Hay un elemento que intenta causar misterio y que da más risa y ganas de resoplar que otra cosa. La subtrama de los ataques que sufren nuestros protagonistas durante su estancia en la nieve no intriga absolutamente nada: es súper obvio quién está detrás. Creo que todos los que hemos leído el libro hemos sabido, al segundo, quién es el culpable. Es tan ridículo lo predecible de este tema, que llegué a plantearme que la autora no quisiera que fuera un misterio ni una sorpresa, pero entonces encuentro el colmo del surrealismo que ninguno de nuestros protagonistas sospeche de nadie ni caiga en quién puede querer hacerlos daño.
Por otra parte, los personajes me provocaron sentimientos encontrados.
Empecemos por Sidney. Es una chica madura, tranquila, que piensa todo mil veces antes de actuar y que es bastante insegura. Me parece un personaje creíble, pero sus reflexiones llegaban a resultarme cansinas. Qué se le va a hacer: encuentro que sus miedos y dudas son realistas y que también lo son su hilo de pensamiento y las preocupaciones que la atormentan, pero dar tantas vueltas al mismo tema se me antojaba extremadamente repetitivo. Aunque en la vida eso pasa, en un libro hace que la trama (y el ritmo) se estanquen. Y eso es lo que siento que ocurre en determinado punto del argumento: que la historia se estanca y comienza un bucle de una escena de sexo tras otra, sin que pase nada más.
Es el turno de Tyler. Con él si que he tenido un verdadero dilema, ya que me agrada su personalidad abierta y dicharachera. Es simpático, carismático, atrevido, pícaro y divertido. Tiene encanto. Peeeeeero por otro lado hay muchas actitudes que no me han gustado. Que él se acueste con todas las chicas de la ciudad pero luego boicotee los posibles ligues de Syd "porque considera que esos tíos no la merecen" me sacaba de quicio. Si él hace lo que quiere, es injusto que ella no goce de la misma libertad. Además, dejando de lado la más que trillada situación de mujeriego + chica con poca experiencia, no entiendo que la autora haga que su protagonista masculino sea un picaflor si luego intenta por todos los medios redimirlo y quitar importancia a ese hecho. A mí no me molesta que él haya estado con muchas chicas, cada uno hace lo que le da la gana, pero lo que sí me hace echar espuma por la boca es que se repita un millón de veces que no quiere tratar a Sidney como a las demás porque ella es especial. ¿Perdona? ¿Entonces debo suponer que las otras chicas son mierda y que no merecen ser tratadas con el mismo cariño y respeto? Creo que Jennifer intenta, con tanto ahínco, establecer la diferencia entre lo que Tyler tiene con Syd y lo que ha tenido con otras chicas, que lo único que consigue es resultar ofensivo por un lado y que ciertos hechos sean surrealistas y estén metidos con calzador por otro. Me parece muy poco creíble que el joven se tire a todo lo que se mueve y que en sus millones de relaciones jamás haya dormido con una chica (ni siquiera con las que llegaba a salir durante unos meses), nunca se haya acostado con nadie cara a cara, y muchas cosas más. No lo encuentro realista y creo que para hacer que Sydney sea especial a ojos de Tyler tampoco hacía falta despreciar al resto de chicas que han estado con él. Además, todo se centra mucho en lo sexual y a veces parece que los sentimientos quedan relegados a un segundo plano.
Para mí, lo mejor es el principio y el final, ya que siento que la historia se atasca muchísimo en la parte intermedia de la novela y que hay una escena antes del final, en la que nuestros personajes están con amigos, que me resultó súper extraña y poco natural. Sin embargo, el inicio me gustó porque me atrapó la forma en que presentaban a los personajes y la historia, y el final me ha parecido bonito y tierno.
A pesar de lo que pueda parecer, no todo en el libro ha sido malo, ya que el ritmo es ágil debido a las pocas páginas que tiene y a la narración de ambos protagonistas (aunque a mí me ha durado bastante, creo que por la época en que lo he leído).
Los diálogos son otro punto a destacar, pues, como caracteriza a la autora, tienen comentarios mordaces, irónicos e ingeniosos y me atraía la soltura y naturalidad, a la vez que el humor, que pueblan las conversaciones.
Como el hielo es un libro con algunos aspectos positivos y otros negativos que, por desgracia, me pesan más y hacen de esta obra un libro mediocre, sin chicha y con ciertas actitudes y situaciones indignantes y metidas con calzador.