UNA TRAICIÓN. Todo lo que ha creído Poppy es mentira, incluido el hombre del que se estaba enamorando. Rodeada de pronto por gente que la ve como un símbolo de un reino monstruoso, apenas sabe quién es sin el velo de la Doncella. Pero lo que sí sabe es que nada es tan peligroso para ella como él. El Señor Oscuro. El príncipe de Atlantia.
UNA ELECCIÓN. A Casteel Da'Neer se lo conoce por muchos nombres y muchas caras. Sus mentiras son tan seductoras como sus manos. Sus verdades, tan sensuales como su mordisco. Poppy sabe que no debe confiar en él. Y Casteel la necesita viva para lograr sus objetivos. Pero él también es la única vía para que ella consiga lo que quiere: encontrar a su hermano Ian.
UN SECRETO. El malestar crece en Atlantia mientras esperan el regreso de su príncipe. Los rumores de guerra se están extendiendo, y Poppy está en el centro de todo ello. El rey quiere utilizarla para enviar un mensaje. Los Descendentes quieren verla muerta. Los wolven se están volviendo más impredecibles. Hay secretos oscuros en juego, secretos llenos de los pecados manchados de sangre de dos reinos que harían cualquier cosa por mantener la verdad oculta.
De sangre y cenizas (reseña AQUÍ) me encantó: fue mi mejor lectura de 2021 junto al tercer libro de la saga Acotar. Por eso estaba deseando devorar esta segunda parte.
La
historia comienza en el punto exacto en el que acabó el libro anterior. Con un inicio que me tenía living y un primer capítulo que
deja con la boca abierta, disfruté mucho del inicio y del tira
y afloja entre los protagonistas. Y no sólo entre ellos: las interacciones de todos los miembros del elenco y sus diálogos mordaces son de las mejores cosas del libro. Me reí en unas cuantas ocasiones con comentarios ingeniosos y con respuestas sarcásticas.
Poppy es un personaje que adoro. Me gusta su arrojo y su fuerza; su generosidad y compasión. Y me apasiona su ironía y su falta de pelos en la lengua. Es una protagonista a la que entiendo y con la que no me cuesta empatizar: comprendo sus sentimientos encontrados y su dilema interno (dada la situación en la que se encuentra). Casteel muestra su lado más feroz, y también más vulnerable, en esta entrega. Es pícaro, impetuoso, atrevido y letal. Me fascina esta pareja, aunque siento que tienen un grave problema de comunicación y mucho camino por recorrer.
Estamos ante una obra cuya
misión es presentar a los personajes secundarios, mostrar la evolución
de los principales y asentar las bases de un mundo nuevo y complejo. Sabremos más sobre la historia del reino y sobre los distintos seres y poderes, y habrá varias revelaciones de máxima importancia.
Me
encanta que Poppy sea tan preguntona: encuentro creíble que tenga dudas
y que quiera saber (y hace un gran favor a quien lee el libro y se
plantea esas mismas cuestiones).
La pega es que, hacia la mitad
de la obra, sentí que tanto la trama como la dinámica entre los
protagonistas se volvía muy repetitiva y algo cansina. Tenía la impresión de que no avanzaba, ni una cosa ni la otra. También tuvieron lugar
ciertos hechos que no me acabaron de convencer y que encontraba sin
sentido o forzados. Afortunadamente, después la historia vuelve a remontar: las
últimas 200 páginas me gustaron mucho.
Es al final donde se
concentra la acción. Con un desenlace épico y muy potente, os quedaréis
con unas ganas tremendas de leer la tercera parte de la saga. Menos mal
que se publica a principios de mayo; apenas tendremos que esperar dos
meses.
La narración es una maravilla y el ritmo es muy ágil.
Como suele ser característica de las obras de Jennifer, el libro se lee
solo y esos finales de capítulo hacen que no puedas parar.
Reseña de De sangre y cenizas AQUÍ
Un reino de carne y fuego asienta las bases de un universo muy vasto y rico, donde existen todo tipo de seres y nuestra protagonista juega un papel clave. El romance apasionado, la gran narración y los personajes carismáticos, unidos a ese increíble worldbuilding, serán una delicia para los amantes de la fantasía.
Leyna