Siguen las andaduras de Mako Mochizuki en la pensión Hasumi, conocida popularmente como "pensión Angular", donde esta intrépida fotógrafa va estrechando lazos con sus compañeros y superando el duelo por su abuelo fallecido, sobre todo, después de ganarse la confianza de Mitsuru, el estudiante más reservado. La chica también se está haciendo un hueco en el club de fotografía del instituto Asahi. Sin embargo, tras este idílico escenario se esconde un secreto: el mejor amigo de Mako, Kei, amenaza a Mitsuru para que mantenga las distancias con ella. Con este intimidante mensaje, Kei revela lo que siente por su amiga, pero ¡solo a Mitsuru! Días más tarde, cuando todos los miembros del club de fotografía se van de excursión, un aguacero deja de repente aislados a Mako y Mitsuru. ¿Qué pasará entre ellos? ¿Saldrá la verdad finalmente a la luz?
Mako sigue dedicada a la fotografía y avanzando en el club dedicado a esa actividad mientras convive en una pensión con su mejor amigo, Kei, y otros estudiantes. Entre ellos se encuentra Mitsuru, un joven reservado y tímido que intenta pasar desapercibido, pero que resulta ser la mayor inspiración de nuestra protagonista.
En este segundo tomo vemos cómo van avanzando las relaciones y cómo los sentimientos son expuestos. Una de las cosas que más me gustan de este manga es que no es la típica historia shojo. Aparte de que la fotografía tiene mucho peso en la trama, el romance no es como suele mostrarse en este tipo de mangas. Hay un triángulo amoroso, sí, pero uno en el que Mako ni siquiera sabe que está. Para variar, nuestra protagonista (de momento) no tiene interés en el amor, y desconoce que su amigo de la infancia lleva años enamorado de ella y que su nuevo compañero también parece sentir algo.
El ritmo es ágil, los tomos se leen en nada, y siento mucha curiosidad en leer el tercero y último (que se publicará en noviembre). Lo que me preocupa es que siento que el argumento no está tan avanzado como para desarrollarse y acabar en la entrega que queda.
Estamos ante un manga mono y que me tiene muy perdida sobre cómo puede terminar.
Mika no consigue superar el dolor que le provoca la pérdida de su mejor amiga y está decidida a seguirla hasta la tumba. Sin embargo, justo cuando se abalanza contra un camión, dos misteriosos transeúntes son testigos de lo que está a punto de suceder y uno de ellos la salva antes de que la embista. Al parecer, los enigmáticos personajes son una deidad y un ser inmortal que se dirigen a Yomi, la tierra donde habitan los muertos. Con el objetivo de reencontrarse con el alma de su mejor amiga, Mika decide embarcarse con ellos en una trepidante aventura por un mundo lleno de magia y fantasía. Ahora bien, ¿será capaz de dar con las respuestas que necesita y de deshacerse de la tristeza que atenaza su corazón?
Este primer tomo (de 3) me ha sorprendido un montón. La trama me gusta: Mika es una joven de 15 años que acaba de perder a su mejor amiga y que decide morir para no vivir sin ella. Pero un inmortal y un dios lo evitan y, como van al inframundo, Mika decide acompañarlos para reunirse con su amiga.
El dibujo me ha gustado mucho: hay páginas dobles con escenas realmente bonitas. Uno de los putos fuertes del manga.
La temática también me ha convencido, y ya en este primer tomo queda claro que el dios y el inmortal tienen una gran historia detrás que causa mucha intriga. Hay una trama secundaria que me ha hecho reflexionar y me ha parecido muy emotiva; además, aporta profundidad a la historia.
No puedo predecir lo que pasará: no sé por dónde irán los tiros. Siento curiosidad por este universo mágico de dioses e inframundo y por si Mika llegará hasta ahí (y si querrá quedarse o elegirá seguir viviendo).
También quiero saber más cosas sobre el dios y sobre el inmortal: qué ser es o si tiene algún otro poder.
Hiraeth es una obra original sobre la amistad y la muerte, sobre la vida, el duelo y las oportunidades perdidas.
Leyna