Verenize . de Veda nunca quiso ser rey. Le gustaba la vida que le había tocado, aprender nuevos círculos de invocación, nuevas formas de provocar a su caballero protector, evitar sus deberes o robar mandarinas de las cocinas. El peso de la corona recaía en su hermana Sera, quien se la merecía más que nadie y a quien Nize quería más que a nadie. El día en que Sera fue asesinada, Nize perdió dos vidas: la de su hermana y la suya propia. Ahora es él quien ha de gobernar, pero poco le importa el trono; solo vivirá por y para encontrar al asesino de Sera, así tenga que romper todos los tabúes de su religión, pactar con mil demonios, derramar sangre o iniciar guerras. Aunque tenga que convertirse en el rey que nunca quiso ser y su caballero lo mire justo como lo está mirando en este momento. Ah, Sasha. Tan noble y tan estrecho de miras. No, Verenize nunca quiso ser rey, pero si ese es el precio a pagar, que así sea.
Lo primero que llama la atención al empezar a leer el libro es el worldbuilding. Es original y llamativo, y se nota que está muy bien trabajado. Las diferentes festividades, la importancia de la religión, el funcionamiento de su política y tradiciones… todo resulta novedoso y curioso.
El sistema de magia es oscuro y misterioso. Se basa en la invocación de demonios, quienes prestan su servicio a cambio de sangre, favores, etc. La familia Real tiene la habilidad de invocarlos, mientras que los brujos (seres humanos con poderes) pueden establecer comunicación con los elementos de la naturaleza y manipularlos.
Como protagonista tenemos a un personaje complejo e interesante, moralmente gris (casi negro). Su obsesión es encontrar al responsable del asesinato de su hermana y vengarse. En torno a eso gira toda la novela: se centra en él intentando obtener pistas y descubrir qué ocurrió; pero para ello harán falta muchos pactos y tratos con demonios. Y el precio a pagar… será caro. La ambientación y la personalidad de Nize se van volviendo cada vez más oscuras a medida que la trama se desarrolla. Como comento, su moralidad es muy cuestionable, e Irene hace un trabajo excepcional tanto a la hora de sembrar dudas como de narrar.
Llegó un momento en el que sospeché de todo el mundo, incluidos el propio Nize y Sasha, su amigo y caballero, (y sigo sin descartarlos); que el libro esté narrado en tercera persona ayuda a que se desconfíe de cada miembro del elenco. Sin embargo, me habría gustado ver más momentos que enseñaran la amistad entre Nize y Sasha, ya que muchas veces se menciona lo amigos que son y la relación tan especial que tienen pero mi impresión es que las escenas en que eso se muestra no son tantas.
El libro no contiene nada de romance, aunque se puede vislumbrar por dónde irán los tiros en próximas novelas (o eso creo, ya que el final puede cambiarlo todo). Un desenlace que, dicho sea de paso, deja con la boca abierta: es muy emocionante, está repleto de acción y sorpresas, y termina con un cliffhanger interesante de cara a los siguientes libros. No me esperaba las acciones de ninguno de los personajes involucrados y me encanta que la obra termine tan arriba.
La pena es que la historia sabe a poco, ya que es bastante corta (250 páginas). Se siente más como una introducción larga que como una primera parte de trilogía.
Leyna