Una profecía asegura que Psique, princesa de Micenas, vencerá a un monstruo temido por los dioses. Amada por su familia, pero lejos de encajar en las expectativas de la sociedad para las mujeres, Psique se entrena para convertirse en una heroína dominando la espada y el arco.
Cuando Psique provoca el enfado de Afrodita, diosa del amor, esta obliga a Eros, dios del deseo, a que la ayude a perpetrar una cruel maldición. Eros es el dios más joven de entre los dioses mayores, irónico y hastiado, inseguro de su lugar en el cosmos; lo último que desea es verse involucrado en el caos del mundo de los mortales. Pero en cuanto se pincha con la flecha destinada a Psique, Eros se queda condenado a desear a una mujer de quien será separado si sus miradas se cruzan.
Esta adaptación del mito de Psique y Eros es una propuesta muy interesante.
Psique es un gran personaje: es madura, luchadora y comprensiva. Desde pequeña profetizaron que sería una heroína y no deja de entrenar para cuando eso ocurra, sin perder ni un segundo a la hora de buscar la oportunidad que la catapulte a ello. Eros, el dios del deseo, el que provoca que los animales se apareen y que los humanos se enamoren, sabe el arma de doble filo que tiene entre sus manos (o más bien, en su carcaj). Cuando Afrodita le pide que lance una flecha maldita a Psique y, nuestro Cupido, cometa un gran error, todo empezará descontrolarse.
Los capítulos se alternan entre el punto de vista de ambos. La perspectiva de él me gustó más, dado que tiene una mayor relación con el Olimpo y el resto de deidades y, por lo tanto, nos proporciona más salseo divino. También es cierto que, en un momento dado, los capítulos de Psique se centran demasiado en otros temas de la mitología, como por ejemplo la guerra de Troya. Al haber leído en otros retellings esta misma trama y no encontrarle mucha relación con su historia con Eros, esas partes me resultaron aburridas.
El tinte humorístico me pareció un soplo de aire fresco. La mitología griega es muy dramática y la mayoría de adaptaciones reflejan todas las desgracias y tragedias que les ocurrían a sus personajes, dándole un tinte serio y triste a la obra. Aunque aquí también tenemos dosis de drama, el tono general es bastante alegre. Tiene puntos de comedia y a veces se sentía como una novela de enredos, algo que me agradó y que me resultó muy entretenido.
La narración en general me ha gustado pero sí que es cierto que durante los primeros capítulos (a excepción del prólogo, que encontré maravilloso) sentía la forma de escribir de la autora un poco extraña: no sé si es cosa suya o de la traducción, pero me daba la sensación de que intentaba recrear un lenguaje más antiguo y ciertas expresiones, como sustituir “pero” por ”mas”, se me antojaron demasiado repetitivas y cargantes. Sin embargo, eso cambió pasados estos primeros episodios y, lo que sí fue constante, es que a lo largo de toda la novela marqué un montón de citas preciosas y dignas de resaltar. El prólogo y el último capítulo son perfectos: me fascinaron y me conquistaron con cada párrafo.
Me gusta mucho la manera en la que nuestra protagonista busca su camino intentando entender lo que realmente significa ser una heroína. También quedé prendada de la perspectiva feminista que se encuentra presente durante todo el libro: sabemos que las mujeres son las grandes damnificadas en muchísimos relatos y me encantó la versión que presenta la autora tanto de Perséfone como de Medusa. La manera en la que ha ido entrelazando este mito con otros, aportándole su toque personal y único, es brutal.
El final, el último capítulo, me pareció perfecto. Consiguió emocionarme con las reflexiones que tiene sobre la vida, la humanidad y el alma, y me resultó precioso.
Psique y Eros es una adaptación del mito refrescante, bonita, feminista y con tintes cómicos.
Leyna