Lucy
vive en la planta 24 de un bloque de apartamentos de Nueva
York. Owen, en el sótano. No es extraño que se conozcan a medio camino,
en un ascensor inmovilizado por un apagón. Después de que los
rescaten, dedican la noche a pasear juntos por las calles. Y con la vuelta de la electricidad, también retorna la realidad: Lucy se traslada a Edimburgo, mientras que Owen se dirige al oeste de Estados Unidos con su padre. Así
podría haber acabado la historia. Pero en ese apagón de un inicio
prometedor brillarán de vez en cuando las postales y mensajes que ambos
intercambiarán para desafiar la geografía entre los dos. El centro del
mundo no tiene por qué estar en un lugar: también puede tratarse de una
persona.
Sólo he leído una obra de la autora, La probabilidad estadística del amor a primera vista, que no me gustó mucho ni fue lo que esperaba. Sin embargo, sé que Jennifer E. Smith tiene buenas críticas, así que quise dar otra oportunidad a sus historias con La greografía entre tú y yo. Sin embargo, me ha vuelto a pasar lo mismo: el argumento no fue lo que pensaba ni el libro ha sido de mi agrado.
Para empezar, debo decir que creo que gran culpa de esto la tiene la sinopsis, ya que me hice una idea en base a ella y luego hay muchas cosas que no son así.
En primer lugar, parece que los protas se conocen en el ascensor, y sí que es cierto que es allí donde hablan por primera vez, pero ya se habían visto y cruzado antes. Vale, no voy a ponerme quisquillosa porque es un detalle sin importacia, y me habría pasado desapercibido, pero las contradicciones del argumento a la hora de la lectura no acaban aquí. Lucy y Owen no dedican la noche a pasear a oscuras; es verdad que dan una vuelta, pero pasan más tiempo en casa de ella o en la azotea de su edificio que en la calle. Y tampoco nos enseñan tantas conversaciones, ya que de repente llega el día siguiente y la única mención a sus charlas es el comentario acerca de que hablaron mucho.
Leyendo la sinopsis pensé que nos relatarían más a fondo esa noche que viven juntos (paseando o no, eso es lo de menos) y que sería un encuentro mágico y profundo donde pudieran conocerse (todo lo posible en lo que da de sí una noche). Se ve que tienen química, sí, pero no me resultó nada especial ni relevante.
Por otro lado, se menciona que con la luz vuelve la realidad, y es que ambos deben mudarse y no podrán verse. Otra vez que me hice una idea equivocada, pues creí que la mudanza sería inmediata y que incluso los protagonistas (en el momento de conocerse) sabrían que se iban de Nueva York. En cambio, eso pasa días después de su encuentro y diría que la mudanza de Lucy a Edimburgo no ocurre hasta la mitad del libro. Además de pintar la historia de una forma diferente a como es, tenemos ese spoiler.
Y por último, y esto ya es cosa mía, pensaba que el libro mostraría las postales y correos que se intercambian, cuando lo que tenemos es la descripción de los personajes de dichos mensajes. Si Owen narra algo del tipo "he recibido un mail larguísimo de Lucy hablándome de su nuevo insituto..." y blablabla, sinceramente, me interesa menos que si leyera yo misma lo que se cuentan, las expresiones que utilizan, cómo se saludan y despiden, etc. Me decepcionó que el libro no plasmara lo que se escriben y que simplemente se limitara a decir que lo hacían.
Quizás eso sea lo que ha hecho que el libro no me haya gustado: siento que en vez de ser la historia de ellos dos y su romance, como parecía, es la vida de ambos por separado, aunque pensando en el otro. Apenas hay una interacción real, algo a lo que aferrarse. Básicamente nos cuentan la situación, los problemas y el día a día de ambos, cada uno en una punta del mundo, con pinceladas que muestran a lector que echan de menos al otro. Me hubiera gustado que Owen y Lucy compartieran más escenas, que el libro dedicara más tiempo a eso y menos a sus caminos opuestos.
La narración tiene potencial, la autora es elegante y poética a la hora de narrar, pero tampoco me ha convencido porque eché en falta más diálogos. Hay excesivas descripciones, hasta el punto de aburrirme. Es cierto que se sitúa en diferentes partes del mundo, pero algunas ideas rayaban en lo repetitivo y, la verdad, el paisaje era lo que menos me importaba.
Entre lo que os acabo de comentar y el hecho de que la historia no me encandilara, podéis imaginar que el ritmo se me hizo lento y pesado. Es una pena porque creo que prescindiendo de páginas que no aportaban nada y añadiendo algún momento más entre los protagonistas, podría haber sido una histora bonita y mona, ya que realmente cuenta con momentos tiernos y emotivos.
La greografía entre tú y yo no ha sido lo que esperaba; me ha aburrido y se me ha quedado flojo.
Leyna