¿Es hablar de comida sana y solo piensas en platos verdes, insípidos y
aburridos? Nada más lejos de la realidad. Comer sano puede ser delicioso
e incluso puede cambiar tu humor (para bien). Deja que te demos unos
consejos para potenciar tu amor por el mundo vegetal, transformar tu
lista de la compra, tus recetas y tus técnicas de cocción y para que te
sientas mucho mejor por dentro y por fuera sin tener que empadronarte en
tu cocina.

Estamos ante un libro entretenido, divertido y ameno sobre cómo cocinar de forma más rápida y sana.
La edición es una maravilla. Aparte de ser una obra finita y fácil de manejar, su interior se encuentra completamente a color y plagado de ilustraciones como las que véis a lo largo de la reseña (pinchad encima para ampliarlas).
Pero no sólo contiene unas cuantas recetas variadas (que van desde sopa de melón hasta escalibada, pasando por hummus y carpaccio).
También aporta información sobre alimentos, sobre las diferentes técnicas de cocinado, sobre el correcto uso del microondas, sobre los cortes de las verduras, sobre las técnicas de conservación (y el material de los envases), y sobre utensilios de cocina. Todo ello acompañado, como ya he dicho, de simpáticas ilustraciones a color y coronado con una guía final con las frutas, verduras y pescados de temporada (lista para recortar y poner en la nevera).
Resulta curioso y se lee del tirón. Los trucos y consejos que da son interesantes y ya he puesto en práctica alguna de las recetas (la primera ha sido la de los polos, para qué negarlo... pero bien ricos, sanos y sin nada de azúcar: sólo fruta).
Además, he aprendido cosas que no sabía sobre conservación y envases.
La única pega es que algunas afirmaciones sobre nutrición están algo obsoletas, basadas en estudios de hace años o en falsos mitos ya desmentidos. Por eso yo me he centrado en las nuevas ideas que me aporta a la hora de cocinar y en el resto de información que contiene.
Leyna
También aporta información sobre alimentos, sobre las diferentes técnicas de cocinado, sobre el correcto uso del microondas, sobre los cortes de las verduras, sobre las técnicas de conservación (y el material de los envases), y sobre utensilios de cocina. Todo ello acompañado, como ya he dicho, de simpáticas ilustraciones a color y coronado con una guía final con las frutas, verduras y pescados de temporada (lista para recortar y poner en la nevera).

Resulta curioso y se lee del tirón. Los trucos y consejos que da son interesantes y ya he puesto en práctica alguna de las recetas (la primera ha sido la de los polos, para qué negarlo... pero bien ricos, sanos y sin nada de azúcar: sólo fruta).
Además, he aprendido cosas que no sabía sobre conservación y envases.
La única pega es que algunas afirmaciones sobre nutrición están algo obsoletas, basadas en estudios de hace años o en falsos mitos ya desmentidos. Por eso yo me he centrado en las nuevas ideas que me aporta a la hora de cocinar y en el resto de información que contiene.
Leyna