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Frases para recordar (5)



Lo prometido es deuda, y cuando realicé la reseña de
Rastro anuncié que el próximo "Frases para recordar" estaría compuesto no de una, sino de dos citas que me encantaron.




"No era solo que hubiera estado a punto de perder a Sam y quisiera tenerlo cerca. Tampoco era solo deseo. Era que necesitaba dormir con el pecho de Sam pegado a mi espalada, notar cómo sus latidos se iban calmando para acompasarse a los míos. Era sentir el tacto de su piel cuando me abrazaba, su olor cuando estaba dormido, el sonido de su respiración... Todo aquello era mi verdadero hogar, lo único que necesitaba cuando caía la noche. "

-Grace-
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"Cuando me besó con labios suaves y cautelosos, fue como si la emoción de nuestro primer beso se sumara a la familiaridad de todos nuestros besos acumulados. Sentí los latidos de su corazón a través de la camiseta, un ritmo rápido que se aceleró aún más cuando entrelacé mis piernas con las suyas."

-Grace-


Leyna


Rastro


La curación de Sam. La falta de transformaciones de Grace. Los nuevos lobos añadidos por Beck a la manada. El odio del padre de Isabel hacia los lobos... Todos los acontecimientos narrados en Temblor dejan una huella en la vida de sus protagonistas. Ahora, la segunda parte de la saga sigue el rastro de Grace, Sam e Isabel, y el de personajes nuevos tan inesperados e inquietantes como Cole. Rastro añade a la intensidad amorosa de Temblor una trama trepidante e inesperada.





GRACE
"Esta es la historia de un chico que antes era un lobo y de una chica que se está convirtiendo en loba.

Hace tan sólo unos meses, Sam era la criatura mítica. Suya era la enfermedad que no podíamos curar. Suyo era el adiós que tenía mayor significado. Era su cuerpo el misterio, demasiado extraño y maravilloso y aterrador como para comprenderlo.

Pero ahora estamos en primavera. Con el calor, los lobos que aún quedan pronto se desharán de sus pieles para volver a sus cuerpos humanos. Sam se queda Sam, y Cole se queda Cole, y soy yo la única inestable en mi propia piel.”


Por fin Sam ha logrado deshacerse de su piel de lobo para siempre, y ahora puede a dedicarse a pasar el resto de su vida como humano, pensando por primera vez en qué quiere hacer con su futuro y disfrutando de cada segundo al lado de Grace.
Desgraciadamente, no todo será tan feliz como cabría esperar: Sam sigue sin hacerse a la idea de que nunca más se transformará y se siente desubicado en el mundo, Grace se nota cada vez más enferma y empieza a tener enfrentamientos con sus padres, Isabel continúa tocada por la muerte de su hermano, y Cole, un nuevo lobo de la manada, influirá en las vidas de todos más de lo que ninguno imagina.


Sé que Rastro está cosechando gran cantidad de opiniones encontradas: a muchos no les ha convencido nada y a otros tantos les ha encantado, a algunos incluso más que Temblor.
Yo he terminado el libro justo antes de ponerme a escribir esta reseña, y aunque sigo dándole vueltas a todo lo que ha ocurrido (y a lo que promete la siguiente entrega), hay una cosa que tengo clara: Rastro me ha gustado. Mucho. Y si tengo que elegir entre Temblor (que me fascinó) y su continuación, sinceramente no sabría con cuál de los dos quedarme.
Porque la primera parte tiene cosas que destacan sobre la segunda, pero también la continuación posee aspectos mejores que su libro predecesor.
Y porque Temblor y Rastro son dos obras completamente diferentes, pero a la vez increíblemente parecidas.

He notado un cambio en los personajes con respecto a la primera novela. Han evolucionado, son más maduros, más adultos. Maggie Stiefvater tiene una gran psicología, y sabe profundizar de manera extraordinaria en todas las personas que crea.
Grace sigue siendo reservada, pero no se muestra tan tímida, al contrario. La vi más suelta, más valiente, más segura. Tiene claro lo que quiere y no piensa dejar que nada se interponga en su camino. Con sus padres, a quienes cada vez les cae peor Sam (una reacción forzada e incoherente, pues antes estaban encantados con él) desarrolla una actitud rebelde y resuelta. Y no duda en enfrentarse a esa enfermedad que la consume con templanza y madurez.
Sam aún se estremece con el frío, asustándose de él, y no consigue acostumbrarse al hecho de que no va a volver a transformarse. Poco a poco va asimilando su nueva realidad, a media que empieza a pensar en su futuro, en qué quiere hacer con su ahora humana vida. Se plantea su existencia de una forma diferente mientras intenta ocupar el lugar de Beck haciéndose cargo de los lobos que empiezan a cambiar con la llegada del calor, afronta la antipatía de los padres de Grace y sigue siendo aquel chico sensible, atento, cariñoso, inteligente, amable, tierno y talentoso que tuve el placer de conocer en el primer libro.
Isabel, tan escéptica, dura e irónica como siempre, intenta sobrellevar la muerte de su hermano a la vez que sufre la cada vez más difícil relación con sus padres. En Rastro podemos ver su lado más humano, preocupado y razonable.
Cole es uno de los nuevos lobos de la manada. Antiguo componente de un famosísimo grupo de música, intentaba experimentar emociones fuertes constantemente. La popularidad, las drogas y alguna cosa más lo convirtieron en una persona deseosa de olvidar, ¿y qué mejor para eso que ser un lobo? Aunque es un personaje nuevo, también se aprecia su evolución a lo largo de la trama.

En este libro Sam y Grace no son los únicos narradores de la historia, sino que Isabel y Cole se unen a ellos.
Cuando me enteré de que los protagonistas de Temblor no iban a contar solos su punto de vista pensé que no me haría gracia, pero la realidad es que he disfrutado con los capítulos de cada personaje, a pesar de preferir los de Grace y Sam.
Uno de los mejores aspectos de la novela es lo diferentes que son los cuatro, y la relación tan distinta que hay entre unos y otros.
Grace e Isabel son totalmente opuestas: la primera se caracteriza por ser tranquila, delicada y dulce, mientras que la segunda es fría, atrevida, directa y sarcástica a más no poder (me lo he pasado bien leyendo sus cortantes contestaciones y sus ágiles comentarios).
Sam y Cole también son todo lo contrario. Sam es una persona muy detallista, amable y siempre está pendiente de la gente que lo rodea, y Cole tiene una actitud despreocupada, pasota e incluso cruel en ocasiones.
Lo mismo pasa con la relación de Sam y Grace, amorosa, enternecedora, cariñosa y que va poco a poco, con delicadeza; y la de Isabel y Cole, más agresiva, directa y que desde mi punto de vista empieza muy deprisa. Y es que Isabel ha encontrado en Cole la horma de su zapato, porque son tan iguales que nadie puede comprenderlos mejor de lo que se comprenden el uno al otro: los dos son fríos y solitarios, personas que van de duros e intentan esconderse bajo su capa de ironía y sarcasmo para ocultar sus sentimientos y evitar intimar con alguien.

Rastro nos narra el día a día de cada personaje, mientras todos ellos intentan hacer frente a sus problemas y preocupaciones.
La lectura no se me ha hecho nada pesada, y la autora vuelve a demostrar una vez más el gran talento que posee.
Maggie Stiefvater, por la forma de expresarse y describir, merece toda mi admiración. Es cierto que su manera de narrar me impactó mucho más cuando leí Temblor, pero sigo pensando que es absolutamente maravillosa. Lo que sale de su pluma es como poesía, armónica y melodiosa. Los diálogos, el retrato de lugares, la descripción de los sentimientos de cada personaje... Me derretía cada vez que Sam tocaba a Grace, o que uno de ellos pensaba en lo mucho que amaba y necesitaba al otro.
Una vez más, encuentro párrafos hermosísimos que nunca me cansaré de releer, sorprendiéndome constantemente de las palabras tan bonitas que la autora nos regala. No puedo quitarme de la cabeza las últimas frases del libro, llenas de esperanza, determinación y espíritu de lucha.
Gracias a Rastro, ya tengo dos preciosas citas que mostraros en el próximo "Frases para recordar" *O*

Ésta es la segunda novela de la trilogía "Los lobos de Mercy Falls". Temblor (reseña AQUÍ) es su primera parte, y la tercera s
aldrá a la venta en inglés en verano del 2011, por lo que supongo que faltará más o menos un año para que se publique en castellano.
Si el primer libro acaba cerrado y tras el final no se echaba en falta leer una segunda parte, después de Rastro sí es necesaria otra obra más.

En Rastro podéis encontrar cuatro personajes bien trabajados y perfilados, una narración que no puede compararse con ninguna otra y una historia que trata sobre los vaivenes de la vida, el coraje que necesitamos para aceptar los problemas y el esfuerzo de buscar una solución a lo que nos preocupa.
Un libro que desborda ternura y que nos habla de sentimientos, reflexiones, pérdidas, evolución y valentía.


Leyna
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