Entra en una escuela de magia diferente a cualquiera que hayas conocido antes. En ella no hay profesores ni vacaciones, las amistades son pura estrategia y las probabilidades de sobrevivir nunca son las mismas. Cuando estás dentro, solo hay dos maneras de salir: o te gradúas o mueres. El Higgins está preparada como nadie para hacer frente a los muchos peligros de la escuela. Puede que no tenga aliados, pero posee una fuerza oscura lo suficientemente poderosa para elevar montañas y aniquilar a millones, por no mencionar que puede destruir fácilmente a los innumerables monstruos que merodean por ella. Solo que, accidentalmente, podría matar también al resto de estudiantes. Así que El está intentando con todas sus fuerzas no usarla. A menos que no tenga elección. Ingeniosa, mordaz y divertida, y también con un profundo sentido de la justicia, esta fascinante novela nos recuerda que hay cosas mucho más importantes que la mera supervivencia.
Había oído maravillas de este libro, por eso tenía tantas ganas de leerlo (además de por su interesante trama) y he de reconocer que el primer capítulo me flipó: me encantó la forma de narrar, la ironía y el sarcasmo de la protagonista, y cómo en un solo capítulo asientan muy bien las bases de ese tipo de magia y de cómo funciona la escuela.
Necesitar maná para lanzar hechizos (me recuerda a los juegos xD), que haya peligro constante en el colegio, que tengan que estar siempre atentos y que todo esté calculado al milímetro desde que se levantan hasta que se acuestan con un arsenal de estrategias para sobrevivir, además del tipo de magia, me parece interesante, curioso y original.
El principio me gustó mucho, con El contándonos con todo detalle como es su día a día, las prácticas que utiliza en los diferentes momentos y clases, los mals que aparecen, y analizando no sólo la relaciones humanas del colegio, también las acciones de todos. Me agradaba la forma que tenía de describir los acontecimientos, su bordería y su mordacidad ante cualquier cosa. Por no hablar de que ocurren hechos interesantes y forma una alianza con alguien inesperado y totalmente opuesto a ella: si El es borde, cortante, contestona y maleducada, Orion es servicial, entregado y altruista.
Sin embargo, eso que tanto me gustó al principio empezó a cansarme a la mitad del libro: sentí que apenas pasaba nada, los diálogos son casi inexistentes y hacían que me perdiera en el monólogo interno de la protagonista y comenzó a aburrirme que contara cosas sin que la trama avanzara. Como si se diera la vuelta a las mismas cosas una y otra vez y se detuviera demasiado en explicaciones no muy necesarias.
El final volvió a intrigarme. Me animó que apareciera un conflicto que requiriera acción (aunque creo que llegó un poco tarde) y, si bien es cierto que esperaba algo más apoteósico y emocionante, fue un soplo de aire fresco.
Cuando creía que el libro no tendría nada más que aportar leí la última frase y me quedé con la boca abierta. Tengo ganas de saber qué pasa en la continuación, aunque espero que haya más acción, más diálogos y que la protagonista no se pierda tanto en sus divagaciones ahora que ya se han asentado las bases de este mundo.
Una educación mortal es un libro introductorio sobre un tipo de magia muy especial y curioso (y un colegio donde estudiarla), que tiene un buen inicio y final pero que flojea en la mitad de la historia.
Leyna