Misteriosas puertas de tiradores en forma de lagartija, figuras de piedra parlantes y una niñera enloquecida con un hacha en la mano... Últimamente, los sueños de Liv Silber son bastante inquietantes. Sobre todo uno de ellos le preocupa muchísimo. En ese sueño se encuentra en un cementerio, de noche, observando a cuatro chicos que llevan a cabo un sombrío ritual.
Los chicos guardan una relación muy real con la vida de Liv, puesto que Grayson y sus tres mejores amigos existen de verdad. Hace poco que Liv asiste al mismo instituto que los cuatro, quienes en realidad parecen bastante simpáticos. Sin embargo, lo que resulta realmente inquietante -mucho más inquietante que el cementerio por la noche- es que los chicos saben cosas sobre ella que durante el día jamás manifiestan... hasta que llega la noche y, con ella, el sueño.
Liv ignora cómo lo saben, es un misterio absoluto, y ¿quién se resiste a investigar un buen misterio?
Liv y su hermana pequeña Mia, debido a los distintos trabajos de sus padres divorciados, se han pasado la vida viajando de un lugar a otro, sin asentarse demasiado tiempo en un sitio concreto. Aunque por este motivo no suelen conservar a sus amigos, las chicas no se sienten solas, ya que su perrita y su niñera Lottie son sus más fieles acompañantes.
Parece que su hogar definitivo se establecerá en Londres, donde están el novio y el nuevo trabajo de la madre de Liv. Será al poco de habitar allí cuando nuestra protagonista empiece a tener unos extraños y vívidos sueños con unos chicos de su escuela. Parecen jóvenes normales y corrientes, pero esos sueños en los que realizan siniestros rituales son muy reales… y Liv, gran amante de los enigmas, no parará hasta descubrir qué está ocurriendo.
Por su llamativa portada, su atrayente título y su atractiva sinopsis, quise leer este libro desde que supe que se publicaría. También por la autora, cuya pluma ya he probado en otra ocasión y me gustó mucho. Esta vez ha vuelto a dejarme satisfecha.
No hace falta leer muchas páginas para saber que vas a disfrutar con este libro. Desde la primera frase podemos notar el buen rollo que transmite la novela, lo cercanos que son sus personajes y, sobre todo, el sentido del humor que desprende. Me reí muchísimo con su lectura, tanto por los constantes comentarios irónicos e ingeniosos como por las situaciones cómicas que no paran de sucederse. Me lo pasé en grande con Liv y sus compañeros de aventuras.
La historia y los toques paranormales son extremadamente originales, novedosos y sorprendentes. Todo lo relacionado con los sueños está muy bien construido: intriga e impresiona a un tiempo, haciendo que el lector desee saber más sobre ese cautivador universo onírico en el que nos introduce la autora y conocer más detalles sobre su funcionamiento y los secretos que esconde.
¿Uno de los muchos puntos fuertes de la novela? Los personajes. La mayoría se hace querer.
Liv es alegre, dicharachera, sarcástica y espontánea. Amante de los misterios, es una joven inteligente y decidida con un talento "letal" para la lucha.
Su hermana Mia es tan lista y aguda como ella, puede que incluso más. Es espabilada y agradable, y leer es una de sus pasiones.
Lottie es la niñera de ambas, una mujer de treinta años de lo más excéntrica y singular. Su curiosa personalidad y sus graciosas costumbres y tradiciones os harán cogerle cariño al instante.
Grayson, Henry, Arthur y Jasper son los cuatro compañeros de instituto que aparecen en los sueños de Liv. Ninguno tiene desperdicio, su disparidad hace de ellos un grupo atrayente. Grayson es responsable, tímido y trasparente; Henry se muestra perspicaz, reservado y atento; Arthur, el cabecilla, es calmado y posee un aura que lo hace parecer inalcanzable; y Jasper… es para echarlo de comer aparte: bocazas, torpe e ingenuo.
Las escenas de Liv con ellos me encantaron; cuando no me partía de risa, grandes revelaciones salían a la luz, o era testigo de bonitos momentos.
La novela tiene sus dosis de acción y romance, pero sobre todo de misterio y sorpresas. La primera mitad de la historia es más desenfada y cómica, mientras que la segunda mitad se centra más en investigar qué está pasando y cómo "funciona" el universo de los sueños (pero sin perder en ningún momento el sentido del humor, incluso en las secuencias más oscuras).
El final es bastante cerrado, pero deja una puerta abierta, un hilo del que tirar para crear la trama de futuras entregas. A pesar de que casi todos los cabos están bien atados, tengo muchas ganas de leer su segunda parte y reencontrarme con Liv y los suyos.
Un libro original, divertido y ameno, que nos adentra en un fascinante mundo onírico.
Con ritmo ágil y personajes geniales, Silber. El primer libro de los sueños es el estupendo comienzo de una trilogía que promete, y mucho.
Leyna