Maya Aziz está dividida entre dos futuros: el que sus padres esperan de su buena hija india y el que ella desea: ir a la escuela de cine en Nueva York. Pero mientras lucha entre la elección de sus padres y sus propios deseos, su mundo se ve sacudido por un horrible acto de terrorismo cuando un suicida, quien casualmente comparte el apellido de Maya, ataca en el corazón de Estados Unidos y amenaza con alterar el curso de su vida para siempre. ¿Qué le sucede a una familia musulmana cuando su comunidad es consumida de repente por el odio y el miedo?
Amor, odio y otros filtros no tarda mucho en leerse porque se trata de un libro corto, con capítulos no muy largos y al final de los cuales encontramos un párrafo en cursiva cuyo significado va cobrando sentido a medida que avanza la novela.
La obra de Samira Ahmed nos habla de racismo, amor, violencia, amistad, de la falta de libertad y de perseguir los sueños a pesar de los sacrificios que conlleve.
Debo decir que he sentido mucha rabia y frustración leyendo esta historia, no sólo por la actitud de los padres de nuestra protagonista, también por el comportamiento de algún personaje secundario.
Aunque Maya ha nacido y crecido en Estados Unidos, sus padres aún no son muy liberales, y esperan que se comporte como una buena hija india musulmana (o lo que eso significa a sus ojos). Quieren que estudie lo más cerca de casa posible, que se matricule en derecho o medicina, que aprenda las nociones básicas que una buena esposa/ama de casa "debe" dominar y que no tarde en encontrar un gran partido con quien comprometerse.
Maya no puede desear cosas más opuestas: lleva tiempo enamorada de un chico de su clase que aparentemente no está interesado en ella, ha sido admitida en la universidad de Nueva York (lo que implica vivir a horas de sus padres) y ansía estudiar cine, porque no hay nada en el mundo que ame más que filmar y crear películas y documentales.
Me enfadaba mucho la situación que vivía con sus padres y cómo estos intentaban imponer sus deseos a los de su hija.
Por otro lado, el atentado del que nos habla la trama saca a la luz el odio y los prejuicios de personas cercanas y compañeros de clase. Sentí mucha impotencia ante ciertas situaciones que Maya experimenta por ser musulmana.
Sin embargo, debo reconocer que, por la sinopsis, esperaba otra cosa. Me sorprendió descubrir que el romance goza de tanto protagonismo y peso en la historia mientras que el atentado y la temática del racismo no tienen lugar hasta pasada la mitad del libro. Esperaba que estos últimos fueran el eje principal de la novela y no algo secundario. Me hubiera gustado que profundizara más en ese tema y en la forma en que repercute en el día a día, ya que encontré que se toca de manera bastante superficial, sin ahondar en ello.
El final, a pesar de ser abierto, me ha gustado. Encaja con la trama y me parece realista.
Amor, odio y otros filtros resulta una lectura entretenida, pero se queda corta a la hora de presentar ciertas problemáticas.
Leyna
