martes, 13 de noviembre de 2018 Reseña: Perdimos nuestro camino Publicado por Leyna en 17:55

Solos, están perdidos.

Juntos, encuentran el camino.

Freya pierde la voz mientras graba su álbum debut.

Harun está planeando escapar de todos los que alguna vez quiso.

Nathaniel está llegando a Nueva York con una mochila, un plan desesperado y sin nada que perder.

Y en ese instante, un giro del destino reúne a estos tres extraños y sus secretos comienzan a develarse mientras se dan cuenta de que para superar sus pérdidas quizás, simplemente, tengan que ayudarse unos a otros a seguir adelante.

Nathaniel, Freya y Harun se encuentran, como un milagro, en el momento en el que los tres más lo necesitan. Cuando el primero está totalmente devastado y sin esperanza, la segunda ve cómo sus sueños se alejan cada vez más, y el tercero ha perdido al chico que ama por no ser lo suficientemente valiente como para contar la verdad a su familia. Cuando están, en efecto, completamente perdidos y sin saber qué hacer o cómo solucionar sus problemas.
Nathaniel llega a la ciudad con una mochila y un propósito, Freya es incapaz de hacer aquello que mejor de le da y Harun se mueve (o mejor dicho, se paraliza) por el miedo a revelar a los suyos que es gay. 

A pesar de que el libro transcurre en unas horas y de que nuestros personajes principales se acaban de conocer, no me ha resultado extraña su interacción. Está narrada con tanta naturalidad que me parece realista que Harun, Freya y Nathaniel compartan un vínculo, tengan confianza, se sientan comprendidos y surja entre ellos amistad y amor.

La autora, como suele ser costumbre, nos va desvelando el pasado de los protagonistas poco a poco. Alternando el presente con esos retazos de sus vidas, uniendo las piezas del puzzle y mostrando sus secretos. Sentía mucha curiosidad por lo que iba a pasar y, sobre todo, por lo que ya había sucedido. Por descubrir qué había acontecido para que cada personaje estuviera en la situación actual.

La narración es muy buena: Gayle Forman sabe escribir con destreza y maestría; con elegancia, delicadeza y sentimiento. Además, consiguió envolverme con su pluma y meterme en la trama, haciendo que me enganchara y que el timo me resultara muy ágil y fluido.

Sin embargo, hay dos puntos que no me han gustado.
El primero es que siento que se ahonda muy poco en los personajes, en su vida y en su historia. De hecho, me cuesta incluso describirlos. Harum puede que sea el que más se deja conocer: sabemos que es un joven retraído, tímido, con muchos miedos e inseguridades y que lo que más teme es decepcionar a su familia. No sé muy bien qué adjetivos escoger para Freya o Nathaniel, pues considero que la autora no nos muestra lo suficiente como para saber de verdad cómo son. A pesar de que en Nathaniel es en quien menos se profundiza, es el que más ternura y empatía me ha causado.
Me hubiera encantado conocerlos más a fondo y que se hiciera partícipe al lector de otros aspectos de sus vidas. Quería saber más de su trayectoria en general, y concretamente esperaba que se nos describieran ciertos episodios que sabemos que ocurren pero a grandes rasgos, sin profundizar en el cómo. 

El segundo fallo que encuentro a esta novela es el repentino final. Es abrupto y agridulce. Pero lo peor es que deja cuestiones sin resolver y muchos temas en el aire (por no decir casi todos). Sí, se ve una luz, un rayo de esperanza, al final del túnel, pero me hubiera gustado que el libro se alargara unas páginas más y saber qué pasa con nuestros personajes principales y cómo se resuelven sus problemas (si es que se solucionan). Quiero saber qué es de ellos más allá del punto y final.

Perdimos nuestro camino es un libro del que he disfrutado durante su lectura, pero una vez acabado me ha dejado fría.

Leyna